Todos los días hay algo nuevo para aprender, algo viejo para soltar, algún hábito que modificar…

El cuerpo nos cuenta día a día como vamos transitando nuestra vida, está en cada uno aprender a escucharlo.

La vida es para disfrutarla y compartirla…

La Reflexología Holística es una terapia natural, complementaria, no invasiva que mediante técnicas manuales estimula terminales nerviosas en pies, manos o rostro para que éste realice su propio proceso de auto-curación (Homeostasis) en sus diferentes planos: cuerpo físico, emocional, mental, espiritual y el contexto donde habita y se desarrolla.


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sábado, 21 de enero de 2012

AL RESCATE DE “LO FEMENINO” “...No es bueno que el hombre esté solo...”


AL RESCATE DE “LO FEMENINO”
“...No es bueno que el hombre esté solo...”
Lic. Inés Olivero 1999  http://www.inesolivero.com.ar

             Faltan ya “pocos días” para abordar el 2000. El cambio de 2 a 3, implica la aparición del movimiento. La polaridad preñada, da a luz a la terceridad, se crea la dinámica vincular y el producto de la unión de dos unidades, da algo más que la suma de las partes. La humanidad conoció primero a un Dios Temible, que le enseñó a través del miedo a ordenar sus desmesuras. Luego se anunció que Dios es Amor, pero no fue comprendido, aún no está internalizado ese contenido en los corazones humanos. El hombre y la mujer, masculinizados, como toda la cultura patriarcal que nos acompaña desde hace más de 6.000 años, conocieron a ese Dios Amante de sus creaturas, pero sólo teóricamente, y ese saber no logró despertar sus fibras más íntimas, ni conmoverse profundamente. Si nos preguntamos el motivo, es bastante sencilla la respuesta. La sensibilidad es mediocre, la receptividad es debilidad, la inspiración es locura y la vulnerabilidad nos enseñaron a esconderla.
             
Es decir, todo lo que está denigrado en un mundo exitista y despiadado, frío, técnico y agresivo, es “lo femenino”, que habita tanto en las mujeres como en los hombres. De la mujer, sólo está idealizada la maternidad, porque nos da la vida. Aunque la “santa viejecita” ha desaparecido. Ya no hay abuelas con rodete blanco que tejen con ganchillo. Ya no se cuentan cuentos antes de dormir. Ahora hay Internet y todo es posible apretando el botón justo. Ese único lugar de dignidad conseguido, a lo largo de miles de años, por las madres y las abuelas, pasó de moda. Y quedó un inmenso vacío femenino en la humanidad toda. Las mujeres sólo pudimos ganar territorio, con armas masculinas, compitiendo con la capacidad y la inteligencia, en desmedro de otras funciones y actividades que nos complacen más aún, quizás, pero que no son eficaces en este momento histórico, para conseguir ser respetadas.  Pero el dolor de “lo reprimido” de nuestra femineidad, quedó aplastado en el fondo de la SOMBRA, bulle en la oscuridad, y espera su turno para reaparecer. De no encontrar una vía adecuada, “lo femenino” nutre a la “arpía” que toda hembra lleva en sí, la que persigue al hombre que no la respetó como mujer, hasta los confines de la Tierra.
             
A los hombres de más de 40 años, los atemorizan las demostraciones de afecto, se sienten “flojos” y temen parecer “maricas”, si abren sus sentimientos. ¿Hay algo más cruel que afirmar que los hombres no lloran? ¡Claro que es  para tener miedo de sentir! Ha aparecido un concepto nuevo en la terminología psicológica: ALEXITIMIA (aplicado en general a la población masculina), que significa no tener un léxico apropiado para hablar de lo que se siente. Pero lo que queda escondido en sus corazones se manifiesta en resentimiento hacia la mujer, que sí puede hablar de ello, e incluso con desparpajo.
             
Es posible que para los jóvenes sea más sencillo integrar sus emociones a la inteligencia (“La Inteligencia emocional”), pero muchos de ellos están muy identificados con la figura del “macho”, heredada de su padre y del entorno masculino que ocupa los lugares de poder.
            
Aquellos otros hombres que eran proveedores y respetados por dicha función, obtenían a través de su aporte una jerarquía que hoy ya no se les reconoce, y entonces, muchos han caído en una profunda melancolía, sin encontrar una salida creativa para esta nueva etapa de “lo masculino”. Esto puede comprobarse en los índices de “ausencia significativa” de varones, en cursos y carreras universitarias, además de talleres de creatividad y crecimiento personal o espiritualidad.  
             
UNA VERDADERA DESGRACIA. La relación de ambos sexos es nutritiva y nos permite “pro-crear” (¡y no sólo biológicamente, como los demás mamíferos...!).
             
En el caso de la mujer, aprender a defenderse en un mundo de hombres, la llevó a extremos donde aparece en ocasiones, más rígida  e implacable  que los mismos hombres. Algunas adolescentes, para vencer sus miedos, “arremeten contra los chicos para ver a cuántos pueden tranzarse”, como si de ese modo tuvieran la misma importancia que tienen los varones. Vemos cómo “hombres y mujeres”,  víctimas del sistema, hemos burlado nuestra esencia más pura, apareciendo como verdaderos “engendros”, deformados por la exigencia de un medio cruel.
             
“Usar y tirar”, es el lema de la sociedad de consumo que invadió todas las áreas. Desde la prevención del SIDA, hasta la prevención de la “sensibilidad”, última peste de la que hay que cuidarse. Sin distinción de calidad. El saldo: odio, agresión y violencia.
             
El sexo no alcanzó nunca el pedestal de lo sublime, para el que está destinado, y se derrocha en piruetas gimnásticas y completamente desoladoras. Nadie enseña lo difícil que es vivir en plenitud la sexualidad, ni que se trata de un proceso de profundización de intimidades. Por lo tanto, en soledad sentimos que “sólo a nosotros nos va mal” y aprendemos a disimularlo o a conocer la “técnica” para quedar bien frente el otro. Pero frustrados profundamente. Quizás en la sencillez de nuestra intima verdad, alcanzaríamos el goce que sentimos prohibido por ser poco aptos...
             
Estamos ante una disyuntiva clara y, es nuestro compromiso y responsabilidad, la opción que tomaremos. O nos abrimos a conductas más amorosas con nosotros y con quienes nos rodean, o las lesiones físicas y morales, además de las psíquicas y mentales, harán un picadillo muy desagradable con los despojos del Ser. Este es el famoso “Fin del Mundo” que todos deseamos, y no la ilusoria finalización de un Planeta, que aún tiene que dar muchas vueltas, en su maravillosa y eterna danza cósmica.

             
El arte, la meditación, la escucha, la solidaridad compasiva, esa que puede sentir en carne propia la pasión de un “otro”, la reflexión y el auto-conocimiento, son todas vías indiscutibles de “lo femenino” evolucionado, que puede seguir contando cuentos, aunque no peine canas y desempeñe con excelencia una profesión, siendo mujer o incluso, si se llama Carlos o Juan y además, siendo más hombre que nunca. Este nuevo despertar de “lo femenino” nos permitirá regalarnos un sinfín de ternura, para descubrir un mundo mejor.
             
Ya fuimos pasivos y temerosos en la primera etapa, agresivos y arrogantes en la segunda, démosle a la “tercera” un lugar de cobijo a la ternura y la suavidad que el Alma está esperando recibir, para exhibir su Grandeza. La pasión ascenderá a las alturas y se unirá al Espíritu. Sólo así conoceremos el Mundo Nuevo, aquél que nos prometiera Ese Dios de Amor.

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