Habitualmente en nuestros pensamientos la repetición del “porque” se vuelve recurrente.
Por ejemplo encontrar las causas de hechos pasados, justificar determinadas acciones, o intentar calmar ansiedades ante situaciones que ya han dejado su huella y sus consecuencias.
(porque tuvo que ocurrir…?, actué de ese modo porque…, porque tengo que llevar ahora esto…)
Las respuestas terminan siendo explicaciones mezcla de recuerdos y emociones vividos en un momento, independientemente que lo que “realmente” haya ocurrido. Ese fue nuestro modo de ver esa realidad.
El “para que” podría abrir una nueva puerta a la reflexión. Aunque debamos reconocer el error de algunas de nuestras decisiones, eso que llamamos error es la llave a la posibilidad de encontrar nuevas opciones ya que las segundas oportunidades existen ante el deseo de reparar experiencias vividas.
Reconocer las acciones es aceptar desde que lugar se ha podido o elegido actuar y todo reconocimiento también puede traer dolor.
Ahora, ¿cuanto dolor soportamos día a día escuchándonos repetir las mismas preguntas sin respuestas?
¿Cuánto mas aliviado podría ser encontrar las emociones, o desconocimientos o expectativas o miedos desde los cuales hemos actuado?, que nada tiene que ver con justificarse sino con aceptar que podemos elegir algo diferente si así lo deseamos en una próxima oportunidad.
Y esa oportunidad existe a cada instante de nuestras vidas, desde el simple hecho servirnos un vaso de agua o sencillamente al decir gracias.
Preguntarnos “porque” o preguntarnos “para que”…se puede elegir.
Nota: Ernesto Reich, Reflexólogo Holístico / Reiki Master
…”Cuando el hombre andaba descalzo la tierra masajeaba las plantas de sus pies; el suelo entonces era un terapeuta natural que le ayudaba a aliviar sus dolencias…” , hoy la Reflexología puede acompañarte, acompañate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario