Del mismo modo que en los Pies, la Reflexología Facial actúa sobre los sistemas, glándulas y órganos del cuerpo a partir de la estimulación de los puntos reflejos en el rostro.
Con el mismo fin terapéutico, y a través de dicha estimulación, se realizan tratamientos para desequilibrios en los distintos planos de la persona, promoviendo el auto-restablecimiento de las funciones, la homeostasis (tendencia de los organismos vivos y otros sistemas a adaptarse a las nuevas condiciones y a mantener el equilibrio a pesar de los cambios).
De este modo se ven favorecidas la circulación sanguínea, la activación de las defensas del organismo, la regulación del metabolismo y una mejoría del estado emocional. Por ejemplo, al estimular la liberación de endorfinas (Péptidos opioides endógenos) sustancias producidas naturalmente por nuestro cuerpo, para conseguir atenuar el dolor y/o producir sensaciones de bienestar. Las endorfinas son conocidas también como las hormonas de la felicidad.
Entre los sistemas, órganos y glándulas a estimular, en varias regiones del sistema nervioso central se encuentran unos neurotransmisores llamados serototina. Algunas de las principales funciones de la serotonina están las de regular el apetito mediante la saciedad, equilibrar el deseo sexual, controlar la temperatura corporal, la actividad motora y las funciones perceptivas y cognitivas. Además es necesaria para elaborar la melatonina, una proteina fabricada en la glándula pineal, alojada en el cerebro, y que es la encargada de la regulación del sueño.
También se ven favorecidos los tejidos del rostro, al reafirmar las fibras musculares y activar el sistema de depuración linfático, generando así la relajación de las tensiones faciales, presentando un aspecto y expresión saludable.
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